Pestiños, buñuelos, leche frita… Son sabores de la infancia que merece la pena recuperar. Ponte manos a la obra y prepáralos como siempre, pero con un poco menos de azúcar.
Existen muchas recetas que añaden huevo a la leche frita, a mi especialmente me gusta.
Tu también puedes hacerlo de esta manera y a mí personalmente me recuerda a crema pastelera, este toque está muy delicioso.
El reposo es importante la clave es que la masa repose en la nevera el tiempo suficiente para que coja cuerpo y se pueda cortar y manipular. Si no, es imposible de manipular este postre.
Preparación, de cómo hacer leche frita
- Lava las cáscaras de los cítricos y sécalas. Ponlas en un cazo con la rama de canela y vierte la mitad de la leche.
- Lleva a ebullición y cuece a fuego suave durante 5 minutos; retira, cuécela y pon la leche aromatizada de nuevo en el cazo.
- Disuelve la maicena en la leche restante fría. Agrégala 100 gramos de azúcar y pasa esta mezcla al cazo con la leche caliente; remueve bien y cuece unos 8 minutos a fuego suave y sin dejar de remover, hasta que espese.
- Unta con aceite una fuente cuadrada de paredes bajas y vierte la masa.
- Alisa la superficie y deja que se enfríe. Y luego, pásala a la nevera y deja que repose al menos 4 horas para que se endurezca.
- Corta la masa en porciones, rebózala en harina y, luego, en huevo batido; fríelas en abundante aceite caliente, hasta que se doren todos los lados y escurra la sobre papel.
Espolvoréalas la con la canela mezclada con el azúcar restante.
Y sírvela fría, esta receta de cómo hacer leche frita.
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